Las lesiones de ligamento cruzado anterior (LCA) de la rodilla son unas de las más temidas por los deportistas de cualquier nivel, edad y sexo. Recientemente Gavi el jugador del FC Barcelona y la selección española ha sufrido esta lesión en un partido clasificatorio a la Eurocopa. Pero, ¿qué es exactamente el LCA?, Por que se rompe?, ¿Es necesario operar?, ¿Cuánto tiempo tarda y cómo es la recuperación?, ¿Queda el deportista igual tras la operación? Respondemos una a una a todas estas preguntas.
El LCA es un tracto fibroso de la rodilla que se origina en la cara interna del cóndilo femoral lateral y se inserta en la línea media de la meseta tibial, posterior a la tuberosidad tibial anterior y anterior al ligamento cruzado posterior, compartiendo espacio con el cuerno anterior del menisco interno. Se tensa a los esfuerzos de traslación anterior de tibia, rotación interna de tibia y a la extensión o hiperextensión de rodilla y en el valgo forzado, es decir que la zona medial se abra y la lateral se colapse.
Suele romperse por un esfuerzo excesivo de extensión y valgo asociado, o una rotación del cuerpo en la que el pie se queda clavado y la tensión se va a la rodilla. Por la zona de inserción del LCA es habitual que se produzca de forma simultanea afección en el cuerno anterior del menisco interno y por el mecanismo de valgo forzado se puede asociar también daño en el ligamento lateral interno, conociéndose esta lesión triple como Triada. Podría incluso ocurrir la llamada Pentada donde además de lo anterior se lesionan también el menisco externo y el ligamento cruzado posterior LCP.
Las operaciones en las lesiones completas de LCA son un constante en el deporte, una intervención artroscópica es el manejo más habitual, haciendo un autotransplante al paciente con el tendón del semitendinoso y del grácil o recto interno, o bien con una sección del tendón rotuliano. Si bien este último año se ha puesto muy en entredicho el manejo de las roturas de LCA, publicándose un estudio con 80 participantes en que el manejo conservador (Cross Bracing Protocol), con una primera inmovilización de 4 semanas entre 90 y 130º de flexión, ganando grados progresivamente semana a semana hasta las 10 semanas y tras la 12ª semana una pauta de ejercicios que no aumentasen la puesta a tensión en el LCA y se generaba reparación en la estructura. Aquí os dejamos el artículo: https://bjsm.bmj.com/content/57/23/1490
En cuanto a tiempos de recuperación normalmente hablamos de 5-6 meses para vuelta a la vida normal y 7-9 meses para la vuelta al deporte de competición. Los procedimientos con tiempo más largo de tratamiento pautado se ha visto que obtenían mejores resultados. Obviamente en este tipo de lesiones con tiempos tan largos de rehabilitación entran en juego muchos factores cada semana, el tiempo entre lesión e intervención (cuanto menos mejor), las complicaciones postquirúrgicas (desde puntos infectados hasta fracasos del injerto), el dolor del lesionado, la forma física previa, la recuperación de la movilidad, el miedo en las actividades diarias o deportivas (kinesiofobia y dolores no mecánicos) y por supuesto la implicación del paciente (alimentación, descanso, seguir las pautas de los profesionales…).
En cuanto a si los deportistas quedan igual tras la lesión y/o intervención, es algo que no se puede prevenir en muchos casos, aunque si puede ser trabajado con la particularidad de cada paciente. Al desinsertar uno de los isquiotibiales es normal perder algo de potencia en la arrancada, pero la recuperación suele ser mucho más fácil que en los injertos de rotuliano. Los factores psicosociales son posiblemente infinitos (miedo a reromperse, dejar muy pronto las pautas de rehabilitación, factores económicos en deportistas de élite, laborales por la lesión). Por suerte todos estos factores son más que conocidos y normalmente modificables, el único factor no modificable es el de rerotura ya que sufrir una intervención quirúrgica en el LCA predispone a volver a lesionarse la rodilla en los siguientes dos años mucho más que cualquier otro factor por si solo. Tras más de 20 años de experiencia en la recuperación de estas lesiones, podemos afirmar rotundamente que tan importante es una buena operación como una buena rehabilitación.
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